Si bien es cierto que los mexicanos seguimos padeciendo el síndrome del “ya merito” en todo – bueno, hasta en la chamba y todo lo demás, “ya merito llego”, “ya merito te pago”, “ya merito me caso”- también hay que reconocer que existe una casta de mexicanos que se resiste a ello y con otra mentalidad alcanza logros, generalmente y particularmente individuales.
Las medallas en Beijing no llegan y no llegarán. Ello por falta de políticas y mentalidades ganadoras, ya que se gana no por mero idealismo a la “Rocky Balboa” sino producto del trabajo, la concentración y por supuesto, el apoyo necesario.
¿Por qué no sabemos hacer equipo más que para la coperacha de las chelas y el pomo o para ir al antro o fregar a alguien?
¿Será que estamos destinados a ser un país de cabrones y no de exitosos?
No…creo que esto no coincide con gente como Lorena Ochoa, Ana Gabriela Guevara, Rafael Márquez y muchos más que son mexicanos ganadores, exitosos y reconocidos en el mundo entero. Una casta aparte de mexicanos que sabe lo que vale e invierte tiempo, trabajo y esfuerzo en hacerlo realidades y no sueños guajiros.
Ver a Michael Phelps ganar 8 medallas de oro, gracias a su disciplina, al trabajo diario –sí, de 7 días a la semana y no de lunes a medio viernes como nosotros- nos debe hacer entender que las cosas no pasan como en telenovela barata de Televisa o de Azteca, sino del compromiso diario que nos tengamos nosotros en lo individual y con nuestro país en lo particular y de trabajar, concentrarnos en lo nuestro y dejar huella en la vida.
Si no entendemos ello como una forma de vida, no nos pongamos a criticar la falta de justicia social, económica, política, electoral, partidista, democrática y hasta las derrotas del TRI.
Como decía mi abuelo…” las cosas no suceden por si solas míjo…hay que hacer que sucedan”
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