foto: Diario de Querétaro
José Calzada Rovirosa, es, sin apasionamientos, un político profesional.
Aprovechando hoy los perfiles marcados por una nueva generación de priistas, con carisma y oficio político, encabezados por Enrique Peña, Ivonne Ortega y otros más, Pepe Calzada ha dado muestras de poder competir en el próximo proceso electoral y convencer con eficiencia más que con discursos. Su papel como Senador lo avala frente a la duda de la eficiencia de su partido y lo pone en la lista de los posibles gobernantes del estado.
Todo parecía perfecto pues para su informe de actividades. Bueno, hasta la presencia de Manlio Flavio Beltrones era convincente por ser la gran figura política del PRI y ser el líder de los priistas en el senado.
Sin embargo, parece que en la lectura ciudadana, Pepe cometió un gran error. Ahí, a su lado, en plena mesa central, destacaban varias figuras, dignas del museo del horror de la política del pasado; Fernando Ortiz Arana, el ex gobernador José Calzada y Mariano Palacios Alcocer.
Tres tristes figuras que nos hacen pensar que la llegada de Pepe Calzada estaría marcada con más del mismo pasado de corrupción y prepotencia que encabezaron esas administraciones.
Los asesores del Senador no entienden que este tipo de personajes del pasado no revalora, sino que ensucia la propuesta de un candidato que aspira a dar un nuevo aire a la política local.
Mariano, envejecido y encanecido, no se quita de encima el mote de “Mariano de las Casas” por sus extensas propiedades mal habidas y la corrupción que enriqueció a su familia y el resto de los personajes no se salvan del juicio popular.
La señal de su presencia pues, no solo ofende, sino que pone en entredicho la transparencia de la propuesta calzadista, que quiere transformar la actual política del gobierno panista por otra más competente y menos corrupta.
A Pepe le falta muchos meses de campaña. Ojala aleje a estos viejos personajes de la política del pasado, si no quiere que se le vincule con sus prácticas vergonzosas como gobernantes
Dime con quien andas…
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