¿ QUE LE PASÓ AL A.M.?

Con respeto y solidaridad para mi amigo Erick Pacheco

En la década de los años noventas, ser reportero del periódico A.M. en el estado de Guanajuato era una de las metas profesionales más ambiciosas.

La imparcialidad del diario, el profesionalismo que le imprimía su propietario Enrique Gómez y el apoyo de directivos-periodistas como Arcelia Becerra al frente de la dirección editorial, daban la idea de que así como Nuevo León gozaba de un medio imparcial como “El Norte” de Monterrey, el sur con “El Diario de Yucatán” y Michoacán con “La Voz”, el centro del país lo era con A.M.

De hecho me congratulo en afirmar que me tocó ser desde mi trinchera, primero en Celaya y después en Querétaro el principal promotor de este diario leonés; moderno, imparcial y que no solo dictaba la agenda diaria del periodismo local, sino que era una escuela para los nuevos periodistas de profesionalismo de ética y orgullo profesional. Para quienes no trabajábamos en él, era un medio a donde algún día aspirábamos a trabajar. Era entonces el REFORMA del centro del país.

Trabajar en el A.M. era, pues, todo un orgullo

¿Qué le pasó entonces al A.M.?

¿Cuando empezó a canjear su libertad por libertinaje; a negociar con gobernadores y especular con su prestigio, cual hermosa quinceañera que por su belleza adquirida buscaba canjear los piropos en beneficios?

¿Dónde quedó el diario combativo, sólido, de una sola pieza editorial, donde la crítica diaria respondía a los intereses de su lector; donde su labor incomodaba a los gobiernos corruptos y no se dejaba chantajear por los intereses de los grupos del poder político y empresarial?

¿Dónde quedaron los reportajes espectaculares, retomados por otros medios nacionales; donde quedó la expectativa del ambicioso proyecto del diario independiente, abierto plural, que no negociaba?

En varias ocasiones, conversando en Guanajuato con su propietario Enrique Gómez, no dejaba de decirle lo importante que para Querétaro sería su apertura, la inclusión de un medio fresco, dinámico y sin temor al nuevo periodismo crítico y bien estructurado. Un periódico que fuera más abierto y plural.

Hoy con los despidos, primero de Pedro Pablo Tejada y ahora del reportero y amigo Erick Pacheco, me doy cuenta que A.M. no llegó a cambiar el rostro del periodismo queretano.

Solo se convirtió en un remedo de lo mismo…eso sí, pero más bonito.


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